lunes, 4 de enero de 2016

El Horóscopo Cristiano



De manera directa o indirecta, la gran mayoría de nosotros nos estamos preguntando ¿cómo me irá en este nuevo año? No es necesario tener capacidades paranormales para saber eso, forma parte de nuestra naturaleza común el intentar prever cómo nos irá en cada etapa nueva que emprendemos.

Cada año, por estas fechas (final y principio de año), comienzan a proliferar  las revistas y calendarios con "predicciones" para todo aquel que quiere conocer lo que le depara el próximo año; "predicciones" que resultan ser tan generales y ambiguas que son aplicables para cualquiera que lea, de tal suerte que cuando algo bueno o malo ocurre en el transcurso de 365 días, puede encuadrar perfectamente a la descripción prevista, y precisamente eso, que algo bueno o algo malo ocurrió, es lo que valida la creencia de quienes desde principio de año buscaron el augurio del 2016. 

Dentro del ámbito religioso, hay una forma similar de querer conocer lo que el año que inicia nos depara, desde luego en una presentación "espiritual", generalmente se les llama “profecías” o “declaraciones proféticas para el año que viene“, las cuales suscitan una expectación generalizada. La mayoría de ellas son presagios halagüeños del tipo: “Este año será un año de conquista” o “Prepárate porque lo que vendrá sobre tu vida será glorioso” o “Este es el año de victoria para tus metas”… los cuales  provocan un alud de “me gusta” (likes), o un enfático: ¡Amén, lo recibo para mi vida! 

Antes de continuar, quiero hacer un paréntesis y ser preciso, me refiero a "profecías", así, entre comillas, porque me refiero a aquello que se presenta de una forma, bajo un concepto, pero no lo es; no me refiero ni al ministerio profético, ni al don de profecía ni a la palabra profética, sino a lo que se hace alusión en Jeremías 14:13-14

                   13 Y yo dije: !!Ah! !!Ah, Señor Jehová! He aquí que los profetas les dicen: No veréis espada, ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera.

                 14 Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan.


Gabriel Llugdar, de editoriales de Diarios de Avivamientos, hace referencia una situación que ayuda a ilustrar perfectamente el punto en cuestión: 

                  Cuando eramos niños, con mis amigos solíamos comprar unos chicles (gomas de mascar) que traían un envoltorio que era un pequeño horóscopo, lo leíamos con avidez y nos preguntábamos unos a otros ¿que dice el tuyo?  Por supuesto se trataban de buenos presagios, estaba dirigido a niños así que eran cosas simpáticas, a nadie le tocaba uno que dijera “prepárate, este año te quedarás huérfano".

Al igual que Lludgar, creo que estas “declaraciones proféticas” actuales son lo mismo, son el envoltorio de un producto comercial, de un chicle con sabor a fruta que algunos líderes (pastores, profetas, apóstoles) ponen en la boca de las ovejas para que se entretengan masticando. Claro que al igual que los chicles, estas profecías son sabrosas durante algún tiempo pero no alimentan.

A veces me pregunto cómo harán estos ministros para explicarles durante el año siguiente a las hermanas que quedarán viudas, o  a cualquier hermano que pierda a un ser querido, o a los que se le diagnosticará una enfermedad grave, a quien pierda el trabajo, o en resumidas cuentas, quien padezca como Job a pesar de ser íntegro, eso que dijeron de: “este será tu año de bendición“… supongo, que así como los tarotistas o videntes se justifican afirmando que algún planeta se interpuso en la confluencia astral, ellos dirán que el demonio se interpuso, o la fe de las personas no fue lo suficientemente fuerte como para recibir los decretos de éxito que se proclamaron o que esa promesa no era para ellos, (pero desde luego que en su proclama original la hicieron al público en general).

Ya sabemos que cuantas más personas lean un horóscopo más posibilidades existen de acertar, así que seguramente a alguien de la iglesia el año que viene le aumentarán el sueldo, comprará un coche nuevo, cambiará de casa o le irá bien en los negocios; estos serán los que pasen al frente a dar testimonio y a confirmar que “el decreto profético para ese año fue veraz“. Los demás: las viudas, enfermos, los que se quedaron sin empleo, los que pasaron por angustia o estrechez, se quedarán quietecitos en sus asientos escuchando los maravillosos testimonios de prosperidad, con muchos interrogantes acerca de la bondad de Dios, confundidos o con sentimientos de culpa; pero aplaudiendo con el resto para no quedar como envidiosos.  

Para tranquilidad de todos, el título sólo es mera referencia, no existe la intención de patentar un horóscopo cristiano; pero sí se hace necesario reflexionar en 2a de Pedro 1:19

                   "Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;"


Si quieres conocer lo que el Señor tiene preparado para ti, no existe palabra profética más segura que la Escritura, es necesario entrar a la comunión íntima con Él por medio de la oración y la meditación de su Palabra, pasa  mucho tiempo a solas con Dios y no estarás solo en este año que viene, conocerás la voluntad del Padre y ya no tendrás temor de lo que vivas hoy o en un futuro, porque ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro; seremos más que vencedores en medio de tribulación, de la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, o la espada; sabremos vivir humildemente, o tener abundancia; sabremos estar enseñados en todo y por todo, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad; sabremos que nuestro Dios a quien servimos puede librarnos de padecer la prueba; o si en su libre y soberana voluntad decidiera no hacerlo, seguiremos confiando en nuestro Dios. 

No sé lo que Dios deparará para tu vida, pero si puedo exhortarte a que no corras de un lado para el otro buscando que alguien te profetice o te decrete bendición; corre a los pies de tu Maestro divino para estar en su secreto y conocer su voluntad.

Tal vez no sepas de antemano lo que Él hará, pero al estar de continuo en su secreto y en profunda comunión y devoción,  tendrás la certeza que de que te estará guiando cuando Él haga algo, aunque te toque andar por un valle de sombra y de muerte, sabiendo perfectamente que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.

Alguno podrá decir “en Amós dice que Dios habla a los profetas, así que hay que buscar un profeta”… Pero en ese mismo libro de Amós, cuando uno de los sacerdotes principales de Israel le reprende por profetizar, él responde:

Amós 7:14-15a  Amós le respondió a Amasías: —Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino que cuido ovejas y cultivo higueras. Pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo…

Aunque estés detrás del rebaño, aunque seas el más pequeñito de todos, puedes ser sensible a la voz de Dios, y oír lo que ni aún los “sacerdotes principales” ni los del "linaje de profetas" son capaces de escuchar.

Entonces ¿Porqué buscas escuchar por boca de otros lo que el Señor quiere para tu vida, cuando Él mismo está dispuesto a decírtelo? 

En 2a de Reyes capítulo 2, nos dice que Eliseo ya sabía que Elías iba a ser quitado, los hijos de los profetas solo se lo confirmaron:

               "¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Él respondió: Sí, yo lo sé; callad."

Aún más, sabía que ya no vería a Elías una vez que fue arrebatado, algo que los hijos de los profetas desconocían:
            
                "Y dijeron: He aquí hay con tus siervos cincuenta varones fuertes; vayan ahora y busquen a tu señor; quizá lo ha levantado el Espíritu de Jehová, y lo ha echado en algún monte o en algún valle. Y él les dijo: No enviéis."

¿Recuerdas que pasó en la última cena del Señor?

Si estás recostado cerca del pecho de Jesús te será más fácil preguntarle, y Él te responderá. No seas como Pedro haciendo señas a otros, acércate a su pecho y pregunta por ti mismo. El Señor no grita sus secretos, los dice al oído de aquellos que le son cercanos; cuanto más te acerques a Él más clara será su voz. 

Oración y meditación en la Escritura, no es una fórmula nueva, mágica o sobrenatural, pero ellas nos permitirán conocer su voluntad, y ese es mi deseo para este 2016.


Fraternalmente.



Basado en una reflexión de Gabriel Edgardo Llugdar. Editoriales Diarios de Avivamientos

3 comentarios:

  1. Sin duda un mensaje para reflexionar y buen tema para empezar nuestro nuevo reto llamado 2016. No olvidemos que el "secreto" para obtener lo que deseamos está en Mateo 6:33 - Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas vendrán por añadidura.
    Dios no tiene favoritos, tiene íntimos.

    ResponderBorrar
  2. Muy bueno, realmente no debemos estar confiados en escuchar lo que queremos escuchar (como la envoltura del chicle)
    ����

    ResponderBorrar
  3. excelente, como dice en la sagradas escrituras en 1 de corintios 2:11-12
    Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.

    La incredulidad, las cosas vanas de este mundo y todos los puntos de vista humanos, son los que predominan a nuestro alrededor, nosotros necesitamos tener una mente que sea influenciada por la única verdad absoluta la cual es revelada en la Biblia, debemos de tener una mente gobernada por el Espíritu Santo.

    ResponderBorrar

John Wesley dijo: En cuanto a todas las opiniones que no dañan las raíces del cristianismo, nosotros pensamos y dejamos pensar.

Es necesario tener presente esto al momento de publicar, se respetará su opinión y usted deberá ser respetuoso con los demás.

“Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo” Voltaire.

En un ejercicio de constante aprendizaje y crecimiento espiritual, siempre habrán posiciones contrarias o diferentes a las que pensamos; con mansedumbre y amor expresen lo que consideren, respetando el punto de vista diferente al propio.

Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo. 1 Co. 8:2

Fraternalmente.