lunes, 27 de marzo de 2017

Cuando la duda es necesaria




En nuestros días, parece una falta de respeto cuando las personas ponen en duda, analizan o prueban las enseñanzas de los “ungidos”. 

Actualmente, se demanda una fe ciega de los oyentes, a favor de aquellos que “enseñan” la palabra de Dios. Las pocas personas que intentan corroborar las enseñanzas son rápidamente señalados y, comúnmente ahogados en su intento de llevar a cabo ese ejercicio “Bereano”. 

Con esas ideas y actitudes, tal parece que los días del oscurantismo religioso están de vuelta, interpretaciones unilaterales e incuestionables, que son el caldo de cultivo para introducir herejías destructoras.

El apóstol Juan escribió al respecto:

Queridos hermanos, no crean ustedes a todos los que dicen estar inspirados por Dios, sino pónganlos a prueba, a ver si el espíritu que hay en ellos es de Dios o no. Porque el mundo está lleno de falsos profetas. (DHH)

Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas. (NBD)

Queridos amigos, no les crean a todos los que afirman hablar de parte del Espíritu. Pónganlos a prueba para averiguar si el espíritu que tienen realmente proviene de Dios, porque hay muchos falsos profetas en el mundo. (NTV)

Aún la versión Reina Valera 1960 dice “no creáis a todo espíritu”.

Por favor, si usted quiere mantener o tener una vida espiritual saludable: No crea todo lo que escucha, todo lo que ve, todo lo que se enseña. Antes de creer debe ponerlos a prueba y nada resiste más allá de la prueba escritural pues ella es la palabra profética más segura.

Ninguna nueva revelación o enseñanza puede poner o quitar más allá de lo revelado, pues la más grandiosa revelación ya ha sido dada: Cristo Jesús y juntamente con él toda clase de bendición: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” Efesios 1:3

Recuerde que un principio que dirigió la reforma y a cada movimiento que ha traído a la iglesia de regreso al sendero antiguo, es volverse a los principios y enseñanzas escriturales, pues “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Mateo 24:35.

Esa actitud, de corroborar las enseñanzas es una actitud saludable, en el libro de Hechos leemos que esa era la actitud de los creyentes de Berea “…escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.” Hechos 17:11

Además de lo corroborar cada enseñanza a la luz de las Escrituras, usted debe ver los fruto de los maestros para conocer si son verdaderos o falsos maestros (Mateo 7:20), debe saber que generalmente hablan de cosas sobrenaturales, nuevas revelaciones y acciones tendientes a la sobrevaloración de las experiencias personales (La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que prestará atención a toda clase de cuentos. 2 Tim. 4:4 TLA); casi nunca escuchará algún tema “difícil” o “incómodo” ya que siempre van enfocados a agradar el oído de los oyentes (Porque vendrán tiempos en que no se soportará la auténtica enseñanza, sino que, para halagar el oído, quienes escuchan se rodearán de maestros a la medida de sus propios antojos. 2 Tim 4:3 BLP). Un falso maestro siempre tendrá algo malo de que acusársele y pruebas para corroborarlo; ya ejerciendo su ministerio han tenido algún divorcio o algún tema de carácter sexual ya que se caracterizan por no controlar sus deseos, son impulsivos y tienen una evidente inclinación por el dinero (1 Tim. 3:1-7); querrán aparentar una vida piadosa cuya autenticidad quedará desmentida por su conducta (2 Tim. 3:5); confunden la gracia de Dios con el libertinaje (Judas 1:4), no admiten corrección (Pero cuando Cefas fue a la ciudad de Antioquía, lo reprendí en su propia cara, porque lo que estaba haciendo era condenable. Ga. 2:11 DHH) y se proclaman como los ungidos del Señor de una manera exclusivista (contrario a lo que enseña 1 Juan 2:20, 27, que la unción acompaña a todos los creyentes) 

Observemos también que el apóstol Juan advierte en cuanto a la cantidad de falsos profetas, ¡eran muchos! tantos que tuvo que advertir que no creyeran sin antes garantizar que el mensaje escuchado realmente provenía de Dios. 

En nuestros días las cosas no han cambiado, al menos no en el sentido de la cantidad de los falsos profetas, que evidentemente siguen siendo muchos; lo que ha cambiado es la actitud de la iglesia y su tibieza para dejar que se infiltre toda clase de enseñanzas. La inmensa mayoría con solo ver luces, humo, multitudes y milagros se van de bruces. Si la iglesia de Efeso hubiera actuado como actúan la mayoría de las iglesias de hoy día, jamás hubieran escuchado: “… que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos…” (Ap. 2:2)

Es necesario pues, probar en primera instancia las enseñanzas de los nuevos “ungidos”, pero aún cuando sean personas que tengan un “recorrido” o “trayectoria” dentro del cristianismo, es necesario siempre hacerlo; el apóstol Pablo advirtió sobre el mismo y los que le acompañaban al escribir “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.” Ga. 1:8; Himineo y Fileto, son una referencia específica del por qué se debe hacer así, ellos estaban en la verdad pero se desviaron, enseñando cosas que no eran conforme a la doctrina del evangelio y trastornaban la fe de algunos (2 Tim. 2:18)

Cualquiera que hable de parte de Dios debe saber que su enseñanza, su anuncio o su profecía será valorada; es una responsabilidad y un deber de la iglesia de Cristo.

Todo lo dicho anteriormente no es común; quizá quien lleve a cabo esta acción sea señalado; pero toda persona que ha pugnado por la observancia de los preceptos bíblicos siempre ha sido perseguido de una u otra forma; una frase que debe resumir nuestra actitud cuando la verdad se encuentra comprometida, es la atribuida a Atanasio en el siglo IV: “Si el mundo va contra la verdad, entonces Atanasio va en contra del mundo”. Él tuvo que escribir una obra llamada "Contra el Mundo" cuando la opinión de la mayoría era la herejía del Arrianismo. No le importó la crítica ni la persecución y combatió eficazmente esa enseñanza destructora. 

Que Dios levante más "Atanasios" en la iglesia.